Seguramente, os habrá resultado chocante el título de la entrada de hoy, y es que nosotros mismos le estuvimos dando vueltas sobre si debíamos hablar de esto o no, pero al final ya veis: aquí estamos.
Continuando con los consejos a la hora de presentarse a un certamen literario que comenzamos el mes pasado, hoy vamos a hablaros del concurso. Puede parecer obvio, sin embargo vamos a decirlo: una vez tengamos el manuscrito lo siguiente que hay que hacer es elegir el concurso adecuado. Porque no, no vale cualquiera.
A menudo nos obsesionamos tanto con la idea de ganar que se nos olvida todo el proceso necesario para conseguirlo, es como si para subir una montaña pensásemos solo en la cima y nos olvidáramos del camino que hay a nuestros pies. ¿Y qué pasa? Pues que nos caemos. Por eso, en nuestro primer consejo decíamos que lo primero era tener el manuscrito, ya habrá tiempo de buscarle un certamen en el que encaje a la perfección.
En este segundo consejo, vamos a comentaros algunos de los puntos más importantes y que debéis tener presentes a la hora de escoger un concurso al que presentar vuestra obra.
2. Bases del concurso - Cada certamen te dirá qué tipo de manuscrito aceptan, el tipo de letra que debes usar, el interlineado y, lo más importante (no, no es el premio), la extensión mínima y/o máxima permitida. Nos vale el mismo ejemplo de antes para explicar esto.
3. Entidad organizadora - Parece un poco obsesivo, pero ocurre que en muchos concursos no te especifican un género concreto a la hora de aceptar manuscritos. En estos casos lo mejor es investigar un poco a la entidad organizadora: qué géneros ha publicado ya (si es que es una editorial), de qué iban las obras ganadoras de las ediciones anteriores (si es que no es la primera), etc. A veces, saber quién organiza el concurso puede decirnos más sobre lo que esperan que las propias bases del mismo.
4. Limitaciones - Si ya te has presentado a concursos antes, sabrás que significa tener tu obra fuera de juego durante un mínimo de seis meses. Y es que muchas bases son casi contratos vinculantes donde el autor se compromete a ceder los derechos de su obra a la entidad convocante en caso de que a esta pudiera interesarle durante un plazo de 90 días (normalmente) tras el fallo del premio. Antes de enviar tu manuscrito debes meditar si te interesa tenerlo fuera de juego por tanto tiempo.
5. Jurado - Aquí, al menos desde nuestra experiencia, lo que debe importaros no es quién será el juez sino cómo se juzgará la obra. Hay muchos concursos que precisan de un "jurado" externo que vote las obras finalistas. Para gustos los colores, pero por si las moscas acordaos de registrar siempre vuestro trabajo antes de enviarlo a ningún concurso.
6. Ahora es cuando ya podéis mirar el premio.
Hasta aquí nuestros consejos para hoy, esperamos que os hayan gustado y, sobre todo, que os sean útiles. Hasta pronto!
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